miércoles, 25 de marzo de 2009

Gran Torino. Una película de Clint Castwood. 2009. “Estreno en cartelera”


Confluyen en esta cinta muchos factores bien conjugados. Un Eastwood con un papel que le sienta como un guante, una historia simple, pero, una vez más, efectista (y ni falta que le hace más) y la vasta experiencia en dirección que rebosa oficio, mucho oficio.
Cabe destacar que como siempre, las historias de este director siempre te dejan pensando en los títulos de crédito, te remueven y tienen significado importante, y esta es una más. Se la podría calificar de obra menor (que para nada lo es bajo mi punto de vista) porque siempre se tienen grandes expectativas de Eastwood como director, como he leído en otras críticas, pero mi aportación es diferente.
La cinta queda compensada en otros aspectos si el guión no es todo lo rotundo que cabe esperar. Y Clint sabe compensar, sabe dirigir, sabe contar, sabe emocionar, sabe crear.
¿Gran Torino cae en tópicos? Y qué si lo hace tan brillantemente, sabiendo como sabe Clint que esos tópicos encajan tan bien. No todos los que manejan una cámara manejan eso...
Excelentemente retratado ese choque frontal entre culturas, ese Walt que se va abriendo poco a poco cuando estaba cerrado a candado, esa mirada que solo él sabe poner, esos remordimientos que sabe se llevará a la tumba por recuerdos del pasado, esa no aceptación de que el mundo ha cambiado y uno no quiere cambiar con él aunque al final esté obligado en cierta manera, y ese humor tan característico (atención al amigo peluquero) que viene tan bien además. Y ese Gran Torino, esa máquina perfecta y atesorada que es el nexo de unión entre dos mundos distintos, dos culturas tan diferentes.

Todo esto empaquetado siempre, por la mano maestra.
Con algunas escenas memorables (ese apuntar con la mano no lo hace cualquiera) y una interpretación soberbia por su parte, se aprecia todavía más esa guinda en los créditos finales donde este señor se atreve a cantar la excelente canción que escuchamos, con esa voz inconfundible, y ese sosiego que es saberse uno de los grandes, mientras nosotros pensamos a la par que sonreímos levemente ...que grande eres, Clint...

...Y es que, Clint es grande.
Clint Eastwood, en su genial encarnación de veterano de guerra gruñón y atormentado, divisa sentado desde su porche un vecindario multirracial, violento y desdibujado, con la amenaza constante de bandas callejeras y la desaparición de principios y valores, una sociedad muy bien radiografiada por el objetivo limpio de un director enfurecido con el mundo, una furia que se refleja sentida en la relación maestro/aprendiz del protagonista con el tímido Thao, un chico oriental que albergará esperanzas en el dolorido corazón de un hombre angustiado, un Kowalski que emprende su viaje final en solitario, sin el apoyo ni el cariño de una familia aterradora o el perdón definitivo de sus pecados en batalla.

El realizador de Sin perdón presenta insuperable doblete (El intercambio y Gran Torino) en su posible y merecida presencia en los próximos Oscar, unas candidaturas que podrían premiar por fin su intachable trabajo como actor, Gran Torino es su llave a la puerta del definitivo reconocimiento.
Una prueba más de la grandeza de este mito del cine, grande como actor y gigante director...a pesar de la edad (cerca de los 80) es total mente creible su personaje..Pues siempre será el rey de los duros.

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